jueves, 12 de junio de 2014

Ballenas y delfines sin protección en costa de California (E.U.) por aprobación de uso de sonares


La Corte Suprema de ese país le dio la razón a la Marina, al considerar que los intereses de la defensa nacional debían primar sobre las exigencias ambientales.


"Aunque los demandantes han mostrado daños irreparables producto de los ejercicios
 de entrenamientode la Marina, cualquier daño de este tipo es compensado por el interés
 público y el interés de la Marina por el entrenamiento efectivo y realista de sus miembros",
 explicó la Corte en su decisión, redactada por su presidente, John Roberts.    
En el origen del caso está la constatación por parte de asociaciones de defensa del medio
ambiente, y compartida por numerosos científicos, de que algunas frecuencias de sonar
provocan sordera temporal a mamíferos marinos, desorientándolos y en muchos casos
llevándolos hacia la costa, donde mueren.    

En una serie de entrenamientos desde febrero de 2007 en la costa de California, la Marina
ha usado un sonar de frecuencia mediana para detectar submarinos potencialmente enemigos.    

El presidente George W. Bush en persona ha intervenido en el caso, firmando una orden de 
excepción en beneficio de los militares, alegando que estos entrenamientos son de interés nacional
 y que una situación de "emergencia" le permitía pasar por encima de una decisión judicial en
 materia de medio ambiente.

En la audiencia a inicios de octubre, el abogado del gobierno, Gregory Carre, reconoció,

sin embargo, que un estudio preliminar de la Marina había mostrado que ese sonar podía
perturbar a 170.000 mamíferos marinos, provocar "sordera temporal" a 8.000 ballenas y
daños irreversibles a aproximadamente 430 de ellas.

Ante la solicitud del Consejo de defensa de los recursos naturales (Nrdc), un tribunal

federal californiano concluyó en agosto de 2007 que la utilización de ese sonar representaba,
"casi con certeza", un "peligro irreversible" para el medio ambiente,  y ordenó en enero de 2008
a los militares tener  en cuenta ese peligro.

En su decisión del miércoles, la Corte Suprema estimó que este tribunal "se extralimitó en su

poder discrecional" al ordenar a los militares reducir el nivel de frecuencia del sonar y de apagarlo
por completo cuando detectan un mamífero marino en un  perímetro de 2 kilómetros.
Los dos jueces de la minoría insisten, por su parte, en la cuestión subyacente en este caso:
 laseparación depoderes.
Ruth Ginsburg recordó, en efecto, que en el inicio la Marina estadounidense no respetó la ley.
Según la legislación estadounidense sobre el respeto del medio ambiente, debía brindar un
informe completo sobre los riesgos ecológicos que podían crear sus  entrenamientos antes 
de comenzar a usar el sonar. Y la Marina se limitó a un informe preliminar.
"No hay ninguna duda de que los entrenamientos (de la Marina) sirven a intereses cruciales,
pero estos intereses no autorizan a la Marina a violar una orden legal", aseguró la jueza.
Interrogada por 'AFP', la Marina estadounidense no quiso comentar, por ahora, la decisión
 judicial, mientras que el Nrdc planeaba pronunciarse más tarde.

  • LORENA RUIZ  

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